A la edad de 16 años, cuando Byron descubrió, que la mujer de la que estaba enamorado estaba pensando en casarse, "fue víctima de fuertes espasmos". "Estuve a punto de ahogarme.", indicaba el propio poeta al respecto. Este relato de los sucesos nos obliga casi a pensar en crisis psicógenas, máxime si tenemos en cuenta la estructura hipersensibley neurótica de la personalidad del poeta.
Otra cosa sucede con los acontecimientos sospechosos de crisis, sobre los que se informa en las últimas semanas de vida del poeta. William Parry, uno de los acompañantes de Byron en su viaje a la ciudad griega de Mesolongion (alli se había dirigido apresuradamente el entusiasmado helenófilo Byron apresuramente, para participar personalmente en la lucha de liberación de los griegos contra los turcos), narra como Byron, después de disfrutar del placer de un ponche hecho con coñac y sidra, de repente se tambaleó y cayó al suelo : |
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"Durante los minutos siguientes permanecieron sus dientes muy apretados, perdió el habla y el sentido, y le sobrevinieron fuertes convulsiones. [...]Su cara [estaba] contorsionada y torcida hacia un lado."
Vorberg comenta al respecto: "Si esta crisis epiléptica no fue un adelanto a la grave enfermedad cerebral, lo dudo, más bien creo se debió a la cantidad de alcohol consumida. A mediados de febrero de 1824 se hicieron patentes en Byron los signos de la llamada malaria-caquexia; ánimo irritable, dolores de cabeza, mareos, pérdida de memoria [...], crisis febriles. [Se] desarrolló una meningoencefalitis por una inundación de los vasos cerebrales con plasmodios de malaria. A ello sigue un proceso de descomposición de las células corticales." |