La pregunta, sobre si Napoleón fue un enfermo epiléptico, continúa siendo desde entonces una controversia. |
Los contrarios a la tesis de una epilepsia se remiten al hecho de que ninguno de los numerosos médicos que atendían al emperador, no hicieran nunca mención a una crisis epiléptica; lo que se puede entender como una forma eufemística de emitir el diagnóstico, al tratarse del paciente imperial. En el caso de que Napoleón realmente hubiera sufrido una epilepsia - y los testimonios al respecto son más numerosos que los contrarios al diagnóstico de epilepsia - podemos decir que las crisis que Napoleón padeció, fueron pocas y no limitaron sus actividades en ningún sentido. |